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sábado, 10 de mayo de 2014

Manifiesto Día Mundial 2014


La explotación laboral es habitual en las fases de producción más intensivas en mano de obra, tanto en Europa como fuera de sus fronteras. La ausencia de condiciones de trabajo decentes, el recurso frecuente a la mano de obra infantil o las prácticas productivas medioambientalmente dañinas caracterizan al comercio injusto, a la vez que su erradicación forma parte de los objetivos fundacionales del Comercio Justo.
El objetivo último del movimiento por un Comercio Justo es el de “un mundo en el cual la justicia y el desarrollo sostenible estén en el corazón de las estructuras y prácticas comerciales, de forma que cada cual, a través de su trabajo, pueda tener una vida digna y decente y desplegar todo su potencial humano”.
 Tal y como recoge la Carta de Principios del Comercio Justo, este movimiento se define como “un sistema comercial basado en el diálogo, la transparencia y el respeto, que busca una mayor equidad en el comercio internacional. El Comercio Justo contribuye al desarrollo sostenible ofreciendo mejores condiciones comerciales y asegurando los derechos de las y los productores y trabajadores desfavorecidos, especialmente en el Sur. Las organizaciones de Comercio Justo, conjuntamente con las y los consumidores responsables, están activamente comprometidas en el apoyo a los grupos productores y en el desarrollo de acciones de sensibilización y campañas de denuncia con el objetivo de cambiar las reglas y prácticas del comercio internacional dominante”.
El Comercio Justo no trata pues de caridad, sino de empoderar a las personas para que salgan por sí mismas de la pobreza. El Comercio Justo no es anti-empresa. Todo lo contrario: el movimiento por el Comercio Justo desea seguir ampliando su extensa colaboración con el sector privado y seguir ejerciendo de catalizador para mejorar las cuotas de justicia y sostenibilidad en las distintas cadenas comerciales.
La Unión Europea y, más concretamente, los miembros del Parlamento Europeo pueden jugar un papel fundamental en conseguir que el comercio internacional contribuya a la consecución de objetivos sociales fundamentales, tales como el trabajo decente o el derecho a la alimentación.
A lo largo de toda la Unión Europea, el movimiento por un Comercio Justo tiene cientos de redes de voluntarios que pueden impulsar acciones de incidencia política y difundir los principios de justicia comercial. Es por lo tanto responsabilidad del movimiento por un Comercio Justo conectar a la ciudadanía europea con los centros y procesos de decisión política a escala de la UE. 


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